Intervenciones by Noam Chomsky

autor:Noam Chomsky [Chomsky, Noam]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Ciencias sociales
editor: ePubGratis
publicado: 2006-12-31T16:00:00+00:00

26. El ENCUENTRO DEL DOCTOR STRANGELOVE CON LA ERA DEL TERROR

28 DE ABRIL DE 2005

La semana próxima, una conferencia de la ONU con 180 naciones signatarias revisará el Tratado Sobre la no Proliferación de las Armas Nucleares, que suele considerarse la base de toda esperanza de evitar la catástrofe prácticamente garantizada por la lógica de las armas nucleares.

«El NPT nunca pareció más frágil ni su futuro más incierto», escribe en el número de este mes (abril de 2005) de Current History Thomas Graham, ex representante especial estadunidense para el control de armas y autor de Common sense on weapons of mass destruction (2004).

Si el tratado llegara a fracasar en las próximas semanas, advierte Graham, puede hacerse realidad un «mundo de pesadilla nuclear».

Al igual que otros analistas, Graham reconoce que la principal amenaza para el NPT la representa la política del gobierno norteamericano, aunque otros países nucleares tienen su parte de responsabilidad.

El tratado era un pacto por el cual las potencias nucleares se comprometían a realizar esfuerzos «de buena fe» para eliminar las armas nucleares: el crucial artículo IV. Ninguna lo ha hecho, y la administración Bush ha dado un paso adelante y declarado que ya no acepta la cláusula central del NPT y que incluso está tratando de desarrollar nuevas armas nucleares.

El NPT se basaba también en el cumplimiento de varios tratados adicionales: el Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, rechazado por el Senado republicano en 1999 y declarado fuera de la agenda por el presidente Bush; el Tratado sobre Misiles Antibalísticos, rescindido por Bush; y —con toda probabilidad el más importante—, el Tratado para la Prohibición de la Producción de Material Fisible que, según Graham, pondría un alto a la temible amenaza de agregar «más material para hacer bombas nucleares a la enorme cantidad que ya existe».

En noviembre pasado (2004) el Comité de Desarme de la ONU votó 147 a 1 en favor del tratado. El voto unilateral de Estados Unidos es en realidad un veto. Nos permite percibir mejor qué lugar ocupa la supervivencia de la especie en la lista de prioridades de los planificadores del gobierno.

Antes la administración Bush envió a su avanzada, John Bolton, a informarle a Europa que las prolongadas negociaciones para la aplicación de una prohibición de las armas biológicas habían llegado a su fin, porque no «beneficiaban a Estados Unidos», incrementando así el peligro del bioterrorismo.

Esto coincide con la franca posición de Bolton: «Cuando Estados Unidos es el líder, las Naciones Unidas lo siguen. Cuando convenga a nuestros intereses hacerlo, lo haremos. Cuando no convenga a nuestros intereses, no lo haremos».

Es natural, pues, que fuera nombrado embajador de Estados Unidos ante la ONU, en calculado insulto a Europa y el mundo.

Tal como van las cosas en política, «a la larga será inevitable un intercambio nuclear», advierte Michael MccGwire, ex planificador en la OTAN, en el número de enero (2005) de la revista International Affairs, del Royal Institute of International Affairs de Gran Bretaña. «En comparación con el calentamiento global, el costo de eliminar las armas nucleares sería pequeño —escribe MccGwire—.

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